Él la mira…ella lo mira, Dios que desdicha. Ella ya encontró a su verdadero amor y él, siendo como es, solo conoce el dolor. Él siempre fue vulnerable, ella siempre rompió corazones. Nunca esperaron ser víctimas de aquellas impuras tentaciones. El corazón de ella ya estaba ocupado…pero, ¿por qué sentía esa atracción, ese gigantesco deseo de tomar acción? Él siempre fue lento con estas cosas. Solo reflexionaba y sentía sin saber que el tiempo perdía.
Una noche casual trajo consigo un encuentro inusual. Él y ella en el mismo lugar. Todos sabíamos que iba a terminar mal. Empezaron como amigos y nada más, pero creciendo en sus mentes yacía un pensamiento que jamás pensaron pensar. Él entendía que no podía hacer nada. Ella se creaba una vida en mentiras bañada. De amigos pasaron a mejores amigos, sin saber que el deseo acechaba. Él se hizo amigo de su novio, suprimiendo lo que en su mente resonaba.
Un día plagado de vulnerabilidad, sus labios se encontraron. Sus destinos sellados, mantenerlo en secreto decidieron. Ella le decía a su novio que iba a estudiar, pero en verdad o en secreto (ni ella sabía) lo iba a besar, lo iba a tocar. Él por fin tenía a la niña en sus brazos, no le importaban sus previos lazos. De besos pasaron a la cama, y el probó de su fama. Su pasión, aumentada por el secreto, se volvía una droga fantástica. Cada beso, cada roce provocaba en ellos una sensación orgásmica.
Desgraciadamente, se dieron cuenta lo que en verdad pasaba por sus mentes. A él le gustaba la idea de una atracción fatal, más no le gustaba ella como tal. Ella solo era una niña caprichosa, que quería todo en todas sus formas. No estaban hechos para funcionar, pero su terquedad no los dejaba dejar de intentar. Eventualmente todo se supo, y los dos fueron rechazados en grupo. Se dieron cuenta que lo que tenían era netamente físico, que jamás tuvieron ese amor único que creyeron tener. Y sus barrancos tuvieron que asumir, porque jamás sospecharon lo que les iba a venir. Su novio, traicionado, lleno de rencor, llegó a hacer lo innombrable. Con un beso de amor se despidió de los dos: de ella por su relación y de él por su amistad. Y finalmente, en una rapsodia de pólvora y dolor, estas dos víctimas se dieron cuenta que la pasión es verdaderamente la más grande enemiga del amor.
"la pasion es verdaderamente la mas grande enemiga del amor". brillante.
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